Así de pequeña

He tenido una infancia muy feliz, unos padres maravillosos que han dado todo por sus hijos, ya que ellos han tenido una infancia y una vida bastante dura.

Estudiamos (mi hermano y yo) en un colegio de monjas, porque mi madre y mi tía trabajan allí. Eran bastantes duras y yo era demasiado rebelde la verdad sea dicha.

A las pobres monjas las traía de cabeza y la mayoría de las veces estaba castigada y con notas firmadas por mi madre.

También he de decir, que los cinco años que me tiré allí estudiando (tengo que decir que en vez de tres años estuve cinco porque repetí dos veces) fueron maravillosos porque también tuve mi primer amor, al que nunca se olvida.

Todo parecía ir de color de rosas hasta que tuve los 16 años. Ya seguiré.

Este pedacito de recordatorio de mi niñez os lo he querido mostrar para que me vayáis conociendo un poco más.

¡Ahora voy a seguir trabajando corazones, os mando un fuerte beso!